La saponificación en frío es un proceso artesanal para elaborar jabones que conserva intactas las propiedades de los aceites y mantecas vegetales. A diferencia de los métodos industriales, no se usan altas temperaturas ni aditivos sintéticos, lo que convierte cada pieza en un producto único, natural y nutritivo para la piel.
Principales beneficios:
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Mayor hidratación: gracias a la glicerina natural que se genera en el proceso y se mantiene dentro del jabón.
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Ingredientes vivos: las vitaminas y antioxidantes de los aceites se conservan, nutriendo profundamente la piel.
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Amigable con el medio ambiente: no genera residuos tóxicos y utiliza insumos biodegradables.
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Personalización: permite añadir extractos, aceites esenciales, arcillas y hierbas para crear jabones con propiedades específicas.
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Suavidad en la piel: son jabones libres de detergentes y químicos agresivos, ideales incluso para pieles sensibles.
Con la saponificación en frío, cada jabón es más que un producto de limpieza: es una experiencia de cuidado natural que conecta tradición, bienestar y sostenibilidad.